Hoy, me convierto en un eslabón de una creativa cadena gracias a la invitación de una activísima bloguera, Débora del blog "A latidos". Nos conocemos hace poco tiempo, pero los lazos de amistad en la red nos ha "enredado" compartiendo muchos valores. Para seguir lanzando cintas de amistad el reto consiste en:
- Elegir una frase que me guste, me inspire y signifique algo para mi.
- Publicarla en el blog acompañada de una foto, una historia, una anécdota o simplemente esa frase sin más.
- Una vez escogida la frase tengo que pasar el reto a cinco personas de los cinco blogs elegidos.
Lanzo esas cintas para que os motiven a escoger la frase que queráis compartir con nosotros/as a:
- Kym del blog LA CASITA DE PAJA.
- Estrellas en la tierra del blog LA CONSTELACIÓN DE CASIOPEA.
- Instantes, momentos, raticos del blog INSTANTES, MOMENTOS, RATICOS.
- Carol del blog CON OJOS DE MADRE.
- Ernesto del blog LUGAR DE ENCUENTRO.
Desconozco si sois partidarios/as de seguir las cadenas y nos conocemos desde hace poquito tiempo, por ello no hay compromiso alguno.
Mi frase que encabeza esta historia es de Einstein.
La vida es como montar en bicicleta, si no quieres perder el equilibrio no puedes parar.
Esta frase encabeza mi perfil porque entiendo que una vez has venido a la vida ya no puedes parar de aprender.
Una historia os voy a
contar de una amazona aventurera que no sabía montar. Ese reto quiso
superar para cabalgar junto a sus hermanas y amigas de su clan.
Ese
afán le dominaba al contemplar las verdes y grisáceas praderas
que tristemente habían quedado reducidas y amuralladas por una
fagocitaria civilización, pero que todavía eran capaces de provocar
su irremediable instinto del dominio del espacio en toda su
extensión.
La hechicera de la tribu
le fue a preparar una sarta de sortilegios y encantamientos que
sabiamente aplicó con su báculo de ternura y paciencia infinita.
Las precisas palabras que
pronunciaba se introducían convertidas en espirales arremolinadas
que se iban encauzando por los laberintos de sus orejas y alcanzaban
certeramente su entendimiento. La amazona asentía, tenía el alma en
vilo, preparada para ejecutar los requeridos movimientos. Su pie
apretaba el apoyo de su montura y su mano acariciaba las guías de la
dirección sin el menor titubeo, dispuesta a comenzar su andadura.
Mientras, la hechicera
posaba su mano debajo de la pequeña nuca de su pupila, asiendo su
cuello, le infería la confianza suficiente para sentir el movimiento
de su cuerpo, buscando el equilibrio con su montura, descubriendo
cada acción y reacción contrapuestas. Este baile se repetía una y
otra vez, aprendiendo a resolver el juego sin ayuda, a predecir
movimientos y a responder sin sobresaltos. Cuando por fín, callaron
las palabras, solo oía el viento; desapareció la confiada mano,
sola se enfrentaba a su experiencia.
La profética caída
tenía que suceder irremediablemente, estaba escrita a perpetuidad en
este rito de iniciación y era la única parte que lograba alojar la
firme decisión de proseguir con la aventura. Si este evento fallaba
el sortilegio desaparecía, la clave se encontraba en caerse para
volver a levantarse.
La decidida voluntad hizo
desvelar el mágico momento final. La mirada en el horizonte, la
dirección fijada en perfecta combinación con el equilibrio, dos
seres compenetrados convirtiéndose en uno solo, la fuerza y el
esfuerzo traducidos en movimiento, la velocidad conquistando el
espacio, el placer de surcar el camino. La satisfacción de haber
recorrido el trayecto del aprendizaje que le ha dejado marcada una
huella imborrable.
Con este apoteósico
final, el rostro de la hechicera era pura poesía, su trabajo había
concluido por hoy.
Decidida a conseguir un
“verano azul” para la pandilla de la tribu, tienta la curiosidad,
preparando una nueva montura, esta vez destinada a un niño. Elegida
de color azul, cuadro con barra horizontal, ruedas todo-terreno,
atractiva como la miel a las mosca, capaz de despertar el sueño de
aprender a montarla.
De nuevo preparada a
orquestar el sortilegio del aprendizaje.
Besos equilibrados.
8 comentarios:
Mar,la frase preciosa,la historia también
saludos!
Me alegra que te gustara, Luna, el movimiento y el equilibrio hacen buena pareja.
Un saludo.
Interesante cadena...y preciosa frase.
Gracias por visitar y comentar en mi casa.
Un saludo!!
Tu frase me ha gustado mucho y la historia aún mas. Ahora entiendo mucho mejor tu comentario en mi blog ;)
Besos
Paso a darte las gracias por visitar mi blog y dejar tu comentario, y aprovecho para hacer mía esa frase con la que estoy totalmente de acuerdo...Excelente elección!
Un abrazo y hasta pronto!
Gracias, Yaneth, por pasar y compartir ese pequeño relato.
Un saludo con la alegre musiquilla del ring ring de la bici.
Besos
Toda tuya Mercedes. Mantendremos el equilibrio cuanto podamos,¿será más sencillo si montamos en un tándem?
Besos.
Una cadena de transmisión de pensamientos. Comparto contigo espacio y lecturas con mucho gusto.
Un saludo.
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