viernes, 4 de enero de 2013

QUINCE AÑOS


Acaba de cumplir quince años, quizás nunca nos lo pida o tal vez más adelante. Hasta que llegue ese momento, solo puedo imaginarme sus razones y motivaciones para preparar las mías. Me sirve de referente mis casi olvidados quince años y estar prácticamente segura de conocerla.

Una de mis pesadillas, la moto.

Imagen del artista David Walker.


Este día es muy especial, porque voy a hacer el examen teórico de ciclomotor.
Hoy cumplo 15 años. Creo que va a ser el mejor cumpleaños de todos, porque estoy segura que voy a aprobar y me compraré una scouter muy molona que ya he visto en el escaparate del concesionario.

Mañana a las 5, tengo que ir a la autoescuela con mi mejor amiga Emili que es de Orlando, Estados Unidos, pero ahora sus padres trabajan aquí. Ella me dice que allí pueden sacarse el permiso de conducir coches a los 16. ¡Que potra!

No me he tomado nada para los nervios, porque Emili ya me dijo que ella casi se queda medio “empaná” en el examen.

De todos modos, todavía me dura el alucine, desde que mi padre me dijo que si, cuando le pedí sacarme el permiso de la moto. Mis razones tenía: el ahorro de gasolina, porque no me llevaría al instituto en coche; no quería ser la rarita que no tiene ciclomotor; no voy a hacer tonterías, porque no tengo que demostrar nada como esos niñatos de 4º C…,

De la segunda razón no estaba tan segura, porque a veces me llevaba en su moto Jorge. Me abrazaba a su cintura bien fuerte en el momento de arrancar, a punto casi de hacer un caballito y pegada ya a él, para no caerme, sentía bajo su cazadora sus fuertes músculos y esto me confundía, no sabía si era el miedo o el contacto con su cuerpo, lo que hacía que mi corazón fuera a mil por hora.

El me enseñó a ser como él dice, un buen paquete. Acompañaba sus movimientos de vaivén como un péndulo que se movía al mismo tiempo con él, como si fuéramos un mismo cuerpo. Ufff! Qué romántico!! Ja ja ja ja!! Jorge dice que Emili parece un palo cuando la lleva con él y más de un susto le ha dado la moto, haciéndole un extraño.

Creo que mi padre me ha leído los pensamientos y piensa que es mejor que tenga mi propia moto para no ir de paquete en ninguna. Veremos como me las apaño para no llevar a nadie de paquete, porque si me ponen una multa, mi padre es capaz de castigarme sin salir un mes y descontarme el dinero de la paga.

A continuación de su SI me dijo: “Haz las cosas con cabeza, hija”. Por cierto, tengo que comprarme el casco. Después de la autoescuela, iré con Emili a ver modelitos, buenos, bonitos y bien de precio.

Este es mi primer paso de conductora motorizada y no pienso parar hasta conseguir el permiso de camión…..


Besos motorizados.